Se nos marcha el 2013, un año con
un rostro distinto en función de quien lo mire. Desgraciado para unos, sentido
para otros, incluso habrá sido bueno para los que ya corren a por el siguiente,
apresurados y con la ilusión por montura. Precisamente sobre marchas y rostros
hablamos en este número de LINEKER MAGAZINE. Sobre viajes inacabados y
aventuras recomenzadas. Escribimos sobre vidas nuevas y oportunidades más que
antiguas, las que el hombre busca en su interior y se da, en ocasiones, en
contra de su entorno y hasta de su propia voluntad. Reflexionamos y dejamos
reflexionar sobre esfuerzos, sacrificios y sueños, la película de nuestra
existencia estrechada en un fotograma más breve de lo que suele parecer, una
secuencia continua de semanas, meses o incluso años mucho más difícil de
olvidar que las que le rodean.
Las experiencias vitales que
suele respirar el emigrante se recuerdan con el paso del tiempo como cucharadas
de sabiduría, como momentos de disfrute que uno pasa resguardado de la tormenta
de realidad que asoló y asolará. Y por lo general, es el sudor del viajante el
que pule esas situaciones, el que se encarga de hacer brillar lo que en otras
tierras o en ausencia de esfuerzo, podría parecer hasta rancio. Es una lástima
literaria recurrir a los típicos tópicos, pero hay pocos contextos que definan
mejor la identidad humana que el del emigrante. Cuando uno se marcha, no sólo
lo hace en busca de una mejor situación económica (sello de nuestros días) sino
que también quiere una nueva perspectiva, unos retos por rodear y un
aprendizaje por experimentar. Suele sentirse como una vida dentro de una
existencia, con lo contundente y dura que puede resultar esa definición.
Los futbolistas, pensémoslo, son
humanos también y, como tal, muestran las mismas razones para viajar que
cualquier otro ciudadano. Rodeados, seguramente, de mayores facilidades
económicas, nos cuentan que ellos también tuvieron (y tienen) que tomar
decisiones, que los contratos calman las angustias pero no reducen las
distancias y que el tiempo que pasaron en Inglaterra fue por lo general una
sana experiencia a recordar durante el resto de su vida.
Hablamos en este número de
valientes. De gente que ha mostrado su osadía y su determinación en las
decisiones que han tomado. Y esa valentía se multiplica frente al espejo por
haberla demostrado en tiempos en los que elegir parece de privilegiados y
realmente es de valerosos. A veces intentamos vivir buscando el éxito sin
darnos cuenta de que el trofeo más preciado es la libertad, la libertad de
encontrar una vida propia.
El equipo al completo de LINEKER
MAGAZINE quiere desearles unas felices fiestas y un próspero año 2014.
Esperamos que puedan pasar su tiempo con sus seres queridos y que nadie les
robe la capacidad de elegir. Dentro de poco más de un mes, nosotros decidiremos
volver a pasarnos por aquí.
@joseportas
Editorial del nºXVI de Lineker Magazine:
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